jueves, 4 de marzo de 2010
martes, 2 de marzo de 2010
LOOKS MAKEUP EN EL FASHIONISTA
Tras una mañana bastante relajada, el Cibelespacio comenzó a llenarse cada vez más a medida que transcurrían las horas. La hora de la siesta me la robaron Victorio & Lucchino desde elbackstage.
Saturada de tanto flash, me aventuré hacia los stands para ver qué pasaba al otro lado del muro. Allí se estaba de vicio: la gente parecía estar cómoda viendo el desfile tumbada en unos cojines rosas gigantes, cortesía de YoDona. Como también los talleres de maquillaje o elaboración de tocados, entre otros.
De camino de vuelta hacia Elio Berhanyer, quien por cierto puso al público en pie con su coleccióntorera, me di un capricho. Así que me puse en manos de Olga Pastukhova, que estaba maquillando hoy para L’ Oréal. De ahí salí corriendo para no perderme a Roberto Verino, y como estaba por experimentar, decidí dejar de ejercer de periodista: subí las gradas con calma y tomé asiento.
Iluminada solamente por un foco, una modelo vestida para brillar caminó en silencio hasta el final de la pasarela, donde la esperaba un micrófono centellante. Al tocarlo, una voz aterciopelada retumbó en la sala dando comienzo al espectáculo. Maravilloso Verino. Quien recupera una figura femenina salvaje, fusionando los estilos étnico y urbano con calentadores, medias de aspecto rasgado, chisteras con plumas de pavo y piezas con cristales de Swarovski. Con el vello de punta me fui a sentar al desfile de Adolfo Domínguez. Aunque a esas alturas de la jornada ya no sabía qué esperar. Un piano de cola presidía la estancia.
Michael Nyman comienza a tocar. El pase, con la colección de hombre y mujer, finaliza con un vestido champán a ritmo, de nuevo, de las notas del pianista. Es entonces cuando siento que quizá puedo asumir el final del letargo de la moda española.
Fotos y Textos Silvia García María